martes, 27 de diciembre de 2011

Una tarde de paseo...


En estos días vacacionales que nos regala la Navidad, uno vuelve a casa, al pueblo, a sus orígenes. Esta tarde he estado paseando por los bellísimos parajes de mi tierra querida; he recordado mi infancia, cuando jugaba en el río con mis amigos, o me perdía solo por los bancales con una bicicleta de hierro oxidado que perteneciera a mi madre... Por un momento he levantado la vista y me he visto a mí mismo subido en el singular velocípedo, con la cara llena de suciedad por la ingesta de alguna naranja furtiva, raudo y veloz porque sonaban las campanas del primer toque de Misa y había que ayudar de monaguillo (toda una institución en aquellos días no tan lejanos).

Al pensar en la inocencia de aquellos días, de aquella vida simple y tranquila, el corazón se conmueve, porque recuerda -etimológicamente recordar es volver a pasar por el corazón- aquello que lo forjó en lo más íntimo. Uno nunca debe de olvidar de dónde viene; es la única fórmula que hay para saber hacia dónde se dirigen los pasos.

Qué gran suerte poder conjugar mis pensamientos con una historia tan gloriosa como la española; mirar un paisaje casto y virgen desde el Gran Imperio Romano, oler el aire fresco de la huerta, y saborear en mi paladar el vino que cruzara hacia Ultramar. Sí, mi tierra es testigo de uno de los pilares de Occidente, Roma, la gran Roma...



Muy a propósito ha venido a mi memoria aquel pasaje de Azorín que dice así: "El Mediterráneo... El Mediterráneo -querido Sorolla- que no pasará nunca. El Mediterráneo, que será, en el Arte y en las Letras, eterno. El Mediterráneo, que son esas mujeres gráciles y blancas de vuestros lienzos; esas mujeres con venas azules en la tez transparente y con un supremo encanto de espiritualidad y de sensualidad a la par" (El paisaje de España visto por los españoles. En AZORÍN, Visión de España, Espasa-Calpe, Madrid 1982, pág.52).

Geografía de la biografía. Sí, eso es lo que yo he hecho esta tarde. Seres históricos que, partiendo de nuestra propia memoria, recorriendo el camino del Pulchrum -que a veces se nos presenta evidente y espontáneo-, nos elevamos a la causa de nuestra propia historia, al Ser mismo. Por desgracia, a veces parece que "pulchrum est paucorum hominum", y no debiera ser así, no es así de hecho.

Pero está claro que este camino de introspección, descubrimiento, contemplación y comunicación, no se puede hacer en medio de tantas luces ridículas que adornan nuestras calles y plazas estos días... Contemplación; ya lo dijo Fray Luis de León en su Vida Retirada:

"¡Qué descansada vida
la del que huye el mundanal ruïdo
y sigue la escondida
senda por donde han ido
los pocos sabios que en el mundo han sido!"

Villajoyosa, capital de la Comarca, es uno de los lugares de España con tanta historia como la que más. Precioso retiro del que necesita volver en sí.

Perdonen a este nostálgico. Son pensamientos de una tarde de diciembre de 2011.

Juan Antonio Gallardo Valenzuela


2 comentarios:

  1. La infancia. Estoy de acuerdo con H. Miller (uno de los más grandes escritores, no, uno de los más grandes hombres de la historia)en que es la pura inocencia y el puro instinto. Quizá no deberíamos recordarla, sino retomarla un poco, y olvidar estos días malentendidos.

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  2. La contemplación ¡ si supiéramos lo que vale ¡ contemplar es saborear, es degustar, es ver ¡ es la dicha de la inteligencia ¡ y si a ello le agregamos la compañía de una afectividad ordenada la dicha es tan completa como puede serlo aquí abajo, en este "lacrimarum valle" que dijera el piadoso autor.

    no se debe olvidar de dónde venimos, pero muchísimo menos hacia dónde han de dirigirse nuestros pasos, "in omnia respice finem", del fin dependen los medios, y de infinitos "medios" está hecha nuestra vida, la de antes, la de ahora, y la de más adelante, hasta que en la eternidad nos sea dada por la gracia la plenitud inefable de la esencia divina contemplada "cara a cara".

    Por estos días un grupo de conocidos pasa sus días en devoto retiro tras las puertas de una casa religiosa. no he podido estar con ellos y sabe Dios cuanto lo hubiera querido ¡, estas personas son verdaderos privilegiados, pasan días de cielo, contemplan, saborean, degustan, VEN ¡ y regresan a sus casa justo a tiempo para esperar con sus familias la partida del año viejo ¡ y dar inicio a uno nuevo que les trae el Señor, con el corazón mejor dispuesto, y con alegría cristiana ¡

    no se ha de pedir nada más ¡

    Laus Deo Virginique Matri ¡

    (@leorodriguezv)

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